ZonaDock

Cuando estamos en el ecuador del MWC 2017 de Barcelona, ya podemos ver por dónde evolucionan las tendencias de lo que hasta ahora se ha presentado, más allá de la curiosidad del Nokia 3310.

En cuanto a previsión de movimiento y visitantes, es muy probable que se consiga batir el récord, llegando incluso a los 101.000 visitantes, lo cual, teniendo en cuenta que es una exposición que dura tan pocos días es todo un éxito.

La cara B, podría ser que aunque Samsung ha estado como todos los años en el evento, no tenía nada nuevo que presentar. Los últimos problemas con el Note 7 y quizás una estrategia distinta de diferenciación, pueden haber llevado a los estrategas surcoreanos a tomar esa decisión.

Y por otro lado, parece que los más pequeños no han conseguido rentabilizar las inversiones que otras ediciones hacían y en este caso, también han dejado de asistir. Hablamos por ejemplo de las firmas españolas Wolder y BQ.

Desde los primeros se ha comentado que han tomado la decisión de que para no destacar, puesto que los grandes acaparaban las miradas, preferían invertir el dinero necesario para estar allí en otras acciones. Y desde la segunda, prefieren estar en eventos más pequeños, pero que no abarquen tanta gama de productos.

 

Y es que estar presente en un stand tipo medio, puede rondar los 25.000€ diarios.  A ello hay que sumar el coste de prepararlo, montarlo y desmontarlo, así como abonar los desplazamientos a todo el personal. El presupuesto de los grandes para esta semana en Barcelona puede rondar tranquilamente los cinco millones de euros sin ningún problema.

 

A modo de resumen, a mi juicio, el modelo más impactante es el Huawei P10, que como sus antecesores destaca por su potencia, así como su cámara y posibilidades para la fotografía.

Y por otro lado, la estrella del acontecimiento, ha sido un modelo que no tiene nada. El Nokia 3310. Un dispositivo que apuesta por lo retro con aire nuevo, pero sin las características que puede tener el más barato de los smartphones. Y además parece que ha dado en el clavo con ese precio “simbólico” de 49€ que lo puede convertir en el capricho de muchos y complemento a su dispositivo inteligente de bolsillo. Porque… no nos engañemos, vamos a seguir comprando smartphones.