El derecho del consumidor se ha establecido para que la parte más débil, el usuario del a pie, pueda tener un cierto nivel de protección con las grandes multinacionales y empresas que componen un determinado sector, como puede ser el de los fabricantes de electrodomésticos, dispositivos electrónicos, telefónicas, eléctricas, seguros…
Es también un hecho que a diario se cometen abusos y que las autoridades administrativas y las judiciales deben velar porque no se produzcan, restableciendo la justicia en favor de la parte que no tiene ni el dinero ni el poder para imponerse a la otra.
Pero también es otro hecho, que como en todos los casos, en algunas ocasiones se abusa de los derechos que se tiene. No de otra manera puedo ver lo han hecho Scott Phillips y Suzanne Schmidt, que son los ciudadanos que han puesto una demanda ante los juzgados del Tribunal de Distrito de San José, en California, por valor de cinco millones de dólares (unos 4,5 millones de euros) por la nueva función de los iPhone con la llegada de iOS 9, llamada Asistente para WiFi.
Esta opción, que los de Cupertino han situado en un lugar ligeramente recóndito, todo sea dicho de paso, está en Ajustes / Datos móviles y a continuación debajo de todas las aplicaciones la encontrarás. Su función es bienintencionada y conocida de todos, pero puede hacer que gastes más datos móviles de los que creías cuando tu conexión inalámbrica no tiene toda la fuerza que debiera. Lo razonable, es desactivarla para así decidir si la abres o no en función de tu tarifa móvil y de las necesidades que puedas tener en un determinado momento.
Lo que me parece ya un abuso es que algunos estén al acecho para poder aprovechar y demandar a una empresa por la más mínima causa que puedan tener. Plantear a estas alturas una demanda colectiva por el importe millonario refleja haber estado pendiente del más mínimo fallo para localizar a los usuarios descontentos y organizar la demanda.
Eso, al menos en mi pueblo y como digo, se llama mala fe.